viernes, 19 de julio de 2013

Tips y consejos para superar la tricotilomanía o la manía de sacarse el pelo

Hoy les contaré algunos tips y consejos para superar la tricotilomanía o la manía de sacarse el pelo. Yo los he usado y me han servido.

Ser tricotilomaníaca es como ser alcohólica y al igual como muestran en las películas y en la cultura popular, el primer paso para superar el problema es asumirlo.

La cuestión número uno que deben hacer es mirarse al espejo y reconocer que tienen un problema, una enfermedad, un trastorno. Nadie que tenga sentido común vive con una enfermedad sin pedir ayuda. Por lo tanto, ése es el segundo paso. Una vez que reconocen que tienen una enfermedad, le cuentan a una persona de confianza para recibir ayuda. No sólo en un aspecto profesional, sino también moral.

La tricotilomanía es una enfermedad silenciosa, no es como comerse las uñas o tener cáncer. Una no lo anda contando por la vida. Al contrario, se oculta. Es vergonzoso y nadie está orgullosa de sacarse el pelo a escondidas y, a veces, comérselo.

La idea de contarle esto a otra persona es desahogarse, sentir que en momentos de angustia se podrá contar con alguien para conversar y sentir apoyo. También es para tener un vigilante. Igual es bueno que alguien sepa lo que haces y te tome de la mano cuando tu propia mano se acerca a tu cabeza para escarbar un pelo. No tengan miedo, de verdad ayuda tener un cuidador.

El tercer paso, luego de asumir el problema y contárselo a alguien, es llevar la cuenta y racionalizar los efectos de esta enfermedad. Cuenten los días que llevan sin hacerse daño y atesoren eso como un logro. Igual que los alcohólicos: "llevo tres meses y dos días sin beber una gota de alcohol". Escriban un diario, publíquenlo encriptado en su cuenta de Facebook, pero tengan conciencia de cuántos días pueden resistir la tentación. De esa manera empezarán a comprender cómo manejan ustedes mismos este padecimiento.

Cuando caigan en la tentación de sacarse pelos, júntenlos y cuéntenlos. Sepan cuántos pelos se sacan. Con eso les vendrá el espanto de razonar el daño. Alguna vez conté 70 pelos. Me saqué 70 palos. Me empecé a dar cuenta de la locura que era.

Luego, no se deshagan de los cabellos, échenlos en una caja y ahí verán cómo, poco a poco, se acumulan. Eso será útil para visualizar la cantidad de daño que se hacen. También pueden tomarles fotos para recordar, en momentos de crisis, lo nocivo que es arrancarse el cabello.


Por último, busquen un reemplazo de sacarse el pelo. Yo me sacaba el pelo para relajarme, para evadirme. Me producía placer. Busquen otra forma de hacer eso mismo. Quizá apretando una pelota de goma o sólo cortando el cabello en vez de jalándolo de raíz.

Yo siento que no he superado por completo esta manía, pero con todo lo que les conté antes me ha servido para llevar exactamente dos años y cuatro meses "limpia", es decir, sin arrancarme el pelo.