domingo, 22 de marzo de 2015

Cómo dejé de sacarme el pelo: técnicas que no me enorgullecen

Hace cuatro años atrás, viví mi primer paso para dejar de arrancarme el pelo. En este post, les voy a contar cómo fue la historia, paso a paso.

Una noche, mi pareja salió y me quedé sola en la casa. Estaba acostada y me empecé a arrancar el pelo. Al rato, me odié, me sentí mal. Vi el montón de pelos que había acumulado en el velador y lloré. Cuando pasó la pena y la frustración, me dije, esto no me puede ganar. Esa noche, en febrero de 2011, googlié sobre la tricotilomanía y encontré un link interesante. Escribí un mail a mi pareja. Decía:

- Amor, fuiste donde Pablo y todavía no regresas. Estoy solita en casa, que es cuando más me bajan las crisis. Quiero curarme de esto, de una buena vez. Me hace mal, me siento mal. Estuve buscando en internet y encontré este estudio, es lo único que he leído sobre cómo ganarle a sacarse el pelo: http://www.psicologiacientifica.com/bv/psicologia-153-1-tratamiento-conductual-de-un-caso-cronico-y-recidivante-de-tricotilomania.html
En serio quiero parar. Necesito de tu ayuda para eso. Lee esto, me da mucha, mucha vergüenza, pero sé que después de leerlo dimensionarás lo que me está pasando y aprenderás conmigo las formas de resolverlo.
Te amo, espero que llegues lueguito y me des un rico abrazo motivador.
 
Ese día, mi pareja volvió a casa y revisó su correo. Lloré y nos abrazamos. Le dije, ayúdame, estoy enferma, lo primero que necesito que entiendas es que estoy enferma. Él dijo que sí, que me entendía. Creo que el primer paso es ése: contárselo a alguien. Hay algo medio de adicción, como el alcoholismo, en esto. Si no reconocemos que tenemos un problema y buscamos un apoyo externo en alguien de confianza, me parece que es difícil comenzar una recuperación.
 
Ese link que le dejé a mi novio y que les comparto, explica que se le recomendó al paciente  buscar formas alternativas de relajación. Por ejemplo, una pelota en el bolsillo. No fue exactamente lo que yo hice. Voy a confesar, yo no dejé de jalarme el pelo en un comienzo, sino que busqué alternativas.

En vez se sacarme los pelos de la cabeza, empecé a arrancarme los del pubis. Me da mucha vergüenza reconocerlo, pero es cierto. Realizaba el mismo proceso: escarbaba, encontraba uno grueso y lo arrancaba. Al menos, cuando estaba sola en casa y acostada en la cama, eso reemplazó el arrancarme los pelos de la cabeza.

En una segunda etapa, dejé de arrancarme los del pubis y reemplacé arrancar por cortar. Ésa es la técnica que he llevado a cabo hasta ahora y que me ha permitido estar cuatro años sin jalarme un pelo.

Durante varios años repetí el mismo ciclo: escarbaba mi cabeza, encontraba un pelo grueso, pero en vez de tirármelo, lo cortaba de la raíz con una tijera. Esto permitió que hasta el día de hoy no me he sacado ningún cabello, pero continúa dándome vergüenza ir a la peluquería porque el pelo se me despareja un montón.

En una tercera etapa, reemplacé cortar la raíz, por cortar las puntas. Cuando busco relajación, tomo una tijera y corto las puntas florecidas o partidas de mi pelo. Si bien la evasión y el relajo siguen estando vinculadas al contacto con el cabello, el ciclo ya no termina con jalar, sino con cortar o morder el pelo. 
 
Esto a vista del resto de los humanos me hace ver más normal, porque es más común ver gente analizando las puntas de su pelo que con los brazos en alto escarbando raíces.

Cada vez estos episodios son más distantes. Cuando me echo a la cama a leer, ya no me arranco pelos. A lo más, los toco. Creo que en cuatro años ha sido un SÚPER progreso. Mi mayor temor, cuando estuve en el pico de la enfermedad, era tener hijos o hijas y que al verme actuar de esta forma ellos replicaran mis actos. No quiero heredarle a nadie esta manía destructiva.
 
Mi meta es, algún día, no necesitar en absoluto tocarme la cabeza para relajarme. Créanme que llevar cuatro años sin sacarme un bendito pelo es algo que me tiene muy orgullosa y feliz. No lo hubiera logrado sin el apoyo de alguien que amo y me ama. Me parece que eso es indispensable para superar esta enfermedad.

Varia gente me escribe en el fanpage, la mayoría me pide ayuda, está en reciente etapa de descubrir que necesita ayuda. Otra, las menos, me cuentan sus propias técnicas de superación. ¿Tienen ustedes alguna? Yo ya les compartí mi método, no es el más prolijo y quizá los expertos no lo avalen, pero al menos a mí sí me funciono.

Cuatro años no han sido en vano.

martes, 28 de enero de 2014

Qué es la tricotilomanía, según Wikipedia

Es oficial, la tricotilomanía ya está en Wikipedia. Tengo el agrado de decir que fui parte de su traducción del Inglés al Español. Les cuento cómo fue.

Estoy tratando de aprender Inglés, así que me sumé a la comunidad Duolingo. Parte del aprendizaje se basa en que traduzcas textos del Inglés al Español. Estaba revisando qué traducir y me encontré con la entrada sobre la tricotilomanía en Wikipedia. Obviamente que lo quise traducir. El resultado de ese trabajo ya fue compartido oficialmente en Wikipedia, aquí abajo les copiaré los textos que más me llamaron la atención. Lo comparto con el fin de que comprendamos más nuestra enfermedad y no como un manual definitivo de cómo tratarnos.

¿Qué es la tricotilomanía?
La tricotomanía (del griego θρίξ, τρίχος, (zríx, trijos): cabello, τίλλω, (tíl-lō): depilar y μανία (manía): manía) es un hábito o comportamiento recurrente e irresistible dirigido a arrancarse el propio cabello o los vellos de distintas zonas del cuerpo. Puede definirse como un trastorno de la conducta que puede llegar a manifestarse en un arrancamiento compulsivo del pelo, produciendo desde pequeñas pérdidas de cabello hasta calvicie severa. El término fue acuñado por el dermatólogo francés François Henri Hallopeau. Se trata de un padecimiento comúnmente crónico y difícil de tratar.

¿A qué edad se produce la tricotilomanía? 
La tricotilomanía puede presentarse en niños, pero la edad clave del padecimiento es entre los 9 y 13 años. Su desarrollo puede estar influido por depresión o estrés. Dadas sus implicaciones sociales, dicho trastorno no suele reportarse, lo que dificulta predecir su prevalencia con precisión. El sujeto se arranca pelo a pelo, principalmente de la cabeza, aunque puede actuar también sobre distintas partes del cuerpo como cejas, pestañas, barba, axilas o vello púbico. También puede llegar a relacionarse con la tricofagia, que consiste en el hábito de mascar o ingerir el cabello, produciendo obstrucciones severas (tricobezoar) en el aparato digestivo.

¿Por qué se produce la tricotilomanía?
Un efecto psicológico adicional puede ser la baja autoestima, generalmente asociada con la burla por parte de otros individuos. De igual manera, se puede presentar miedo a socializar debido a su apariencia y a la atención negativa que el paciente puede llegar a recibir. Algunas personas con esta condición usan sombreros, pelucas, pestañas postizas o delineador de cejas para cubrir su condición y evitar dicha atención. Suele haber un fuerte componente de estrés asociado. En ambientes libres de estrés, algunos individuos no presentan síntomas, aunque esta condición puede volver a manifestarse en cuanto dejan dicho lugar. Algunos individuos pueden llegar a creer que son la única persona con dicho problema, debido a la escasa información. 

Las actividades sedentarias -como estar en un ambiente relajado- suelen proveer mayor oportunidad. Un ejemplo común de actividades sedentarias que puede propiciar el arrancado del cabello es acostarse en la cama esperando dormir o descansar. Un ejemplo extremo de tricotilomanía automática son los pacientes que se arrancan el cabello mientras duermen. Esta condición se conoce como tricotilomanía aislada al sueño.

¿Puede curarse la tricotilomanía, cuál es su tratamiento?
El tratamiento está basado en la edad del paciente. La mayoría de los niños en edad preescolar se recuperan de la enfermedad si la condición se maneja de manera conservadora. En los adultos jóvenes, establecer el diagnóstico y fomentar la atención sobre dicha condición es importante para reconfortar a la familia y al paciente. Las intervenciones no farmacológicas, incluyendo programas de modificación de la conducta, pueden ser consideradas. También es factible referir el paciente a un psicólogo o psiquiatra si los demás tratamientos fallasen. Cuando la tricotilomanía se manifiesta en la edad adulta, puede estar asociada a otros desórdenes psicológicos o psiquiátricos, y es recomendable la consulta con un especialista. Arrancarse el pelo suele resolverse cuando las otras condiciones reciben tratamiento.

La tricotilomanía no es una enfermedad genética

Si hay algo de lo que estoy segura es que la tricotilomanía no es una enfermedad genética. No nacimos arrancándonos el pelo. Eso me da mucha fuerza, porque significa que tal como llegó, la enfermedad puede irse. Y debe hacerlo. Creo que, como todo padecimiento, la tricotilomanía tiene un comienzo. Nuestra tarea es descubrir qué la originó y por qué razón es que de un momento a otro tuvimos la necesidad de arrancarnos el cabello. Pienso que identificando ese hito, será posible comprender nuestros hábitos y combatirlos. Tengo fe en que todo lo que han producido las personas puede ser modificado por esas mismas personas. Mucha suerte y tengan fuerza y esperanza, no hay mal que dure cien años.

Tip anti tricotilomanía: mantener las manos ocupadas

Hoy, les voy a dejar un tip clave para convivir con la tricotilomanía: mantener las manos ocupadas. Esto, claro, mientras no pueden resolver el problema de esta enfermedad por completo. Es una forma de avanzar con ella, pero para erradicarla, no para hacer de la tricotilomanía una compañera de vida.

Antes que todo, perdón por estar tanto tiempo fuera. Son muchos meses sin escribir. Han pasado cosas en mi vida, cambios que son para mejor, pero que me han dado más tiempo libre y, como todas sabemos, tiempo libre equivale a mayores posibilidades de caer en la tentación de arrancarnos el cabello. Por eso, me inventé un pasatiempo que mantenga mis manos ocupadas: tejer.

Éste es el mejor consejo que alguien les podrá dar. Sabemos que la manía de llevarnos las manos a la cabeza y luego arrancar o tirar el pelo tiene que ver con una búsqueda de relajo. No podemos explicarlo, pero es extremadamente placentero el ritual de la tricotilomanía. Pareciera que nada nos relaja más que el hábito de escarbar en la cabeza, escoger un pelo grueso e irregular y sacarlo de la cabeza de un tirón. Mientras no puedan controlar este impulso, lo mejor será que usen su energía en otra cosa.

Lo más importante es que puedan combinar las dos cosas que nos impulsan a tirarnos el pelo: encontrar relajo y placer y mantener las manos ocupadas. ¿Qué cosas que le gustan hacer las obligan a tener las manos ocupadas? En mi caso es tejer. Me relaja mucho tejer escuchando música. Obligadamente tengo que tener las manos entre la lana, por lo que es difícil que me las lleve a la cabeza, como me pasa cuando veo tele o intento leer. Además, tejer implica un objetivo: no dan ganas de parar hasta terminar una pieza.

Hace unos meses dejé mi trabajo y me puse de cabeza a estudiar. Paso la mayor parte del día en la casa, completamente sola. Si no encontraba un sucedáneo de la tricotilomanía me iba a quedar calva. Entonces decidí tejer, lo que se ve muy bien porque aprendo algo nuevo y, además, me ayuda a estar un poco más libre de esta enfermedad silenciosa.

Otros hobbies o quehaceres que necesariamente implican utilizar las manos e impiden que nos jalemos el pelo son: hacer deporte (pilates o yoga), artes plásticas (como pintar o dibujar) o incluso un derivado de tejer, como bordar o diseñar vestuario. Las invito a descubrir qué cosas maravillosas pueden hacer con sus manos.

Les dejo una foto de lo que yo descubrí que puedo hacer.


viernes, 19 de julio de 2013

Tips y consejos para superar la tricotilomanía o la manía de sacarse el pelo

Hoy les contaré algunos tips y consejos para superar la tricotilomanía o la manía de sacarse el pelo. Yo los he usado y me han servido.

Ser tricotilomaníaca es como ser alcohólica y al igual como muestran en las películas y en la cultura popular, el primer paso para superar el problema es asumirlo.

La cuestión número uno que deben hacer es mirarse al espejo y reconocer que tienen un problema, una enfermedad, un trastorno. Nadie que tenga sentido común vive con una enfermedad sin pedir ayuda. Por lo tanto, ése es el segundo paso. Una vez que reconocen que tienen una enfermedad, le cuentan a una persona de confianza para recibir ayuda. No sólo en un aspecto profesional, sino también moral.

La tricotilomanía es una enfermedad silenciosa, no es como comerse las uñas o tener cáncer. Una no lo anda contando por la vida. Al contrario, se oculta. Es vergonzoso y nadie está orgullosa de sacarse el pelo a escondidas y, a veces, comérselo.

La idea de contarle esto a otra persona es desahogarse, sentir que en momentos de angustia se podrá contar con alguien para conversar y sentir apoyo. También es para tener un vigilante. Igual es bueno que alguien sepa lo que haces y te tome de la mano cuando tu propia mano se acerca a tu cabeza para escarbar un pelo. No tengan miedo, de verdad ayuda tener un cuidador.

El tercer paso, luego de asumir el problema y contárselo a alguien, es llevar la cuenta y racionalizar los efectos de esta enfermedad. Cuenten los días que llevan sin hacerse daño y atesoren eso como un logro. Igual que los alcohólicos: "llevo tres meses y dos días sin beber una gota de alcohol". Escriban un diario, publíquenlo encriptado en su cuenta de Facebook, pero tengan conciencia de cuántos días pueden resistir la tentación. De esa manera empezarán a comprender cómo manejan ustedes mismos este padecimiento.

Cuando caigan en la tentación de sacarse pelos, júntenlos y cuéntenlos. Sepan cuántos pelos se sacan. Con eso les vendrá el espanto de razonar el daño. Alguna vez conté 70 pelos. Me saqué 70 palos. Me empecé a dar cuenta de la locura que era.

Luego, no se deshagan de los cabellos, échenlos en una caja y ahí verán cómo, poco a poco, se acumulan. Eso será útil para visualizar la cantidad de daño que se hacen. También pueden tomarles fotos para recordar, en momentos de crisis, lo nocivo que es arrancarse el cabello.


Por último, busquen un reemplazo de sacarse el pelo. Yo me sacaba el pelo para relajarme, para evadirme. Me producía placer. Busquen otra forma de hacer eso mismo. Quizá apretando una pelota de goma o sólo cortando el cabello en vez de jalándolo de raíz.

Yo siento que no he superado por completo esta manía, pero con todo lo que les conté antes me ha servido para llevar exactamente dos años y cuatro meses "limpia", es decir, sin arrancarme el pelo.

jueves, 27 de septiembre de 2012

Tricotilomaníacos, tricotilomaniacos everywhere


A veces ando en Metro, miro a la gente que va sentada y me fijo en su pelo: hartos tienen una incipiente calvicie. Así como entradas o hendiduras muy anchas. Se nota que les falta pelo.
Cuando vea estas personas, me pregunto si no serán tricotilomaníacos silenciosos. Si padecen de lo mismo que yo, pero no le cuentan a nadie y viven con el trauma y la vergüenza a diario.
A veces creo que debería hablarles, preguntarles sobre la enfermedad, pero siento que quizá me mentirían y no asumirían su enfermedad. También me daría vergüenza que esta gente estuviera sana y yo, al decirles algo sobre su apariencia, las ofendiera. Como ese típico chiste de una mina muy gorda a la que le dicen que está embarazada y ella, más que una guagua, lo que tiene es mucha grasa en el abdomen. Además, si esa persona no tuviera trico, yo me dejaría un tanto en evidencia. Onda, hola, ¿te sacas el pelo? La persona en su mente dice -qué onda esta mina, ¿sacarse el pelo? Cosa más rara. ¿Cómo se le ocurrió? Ah, claro, ella se lo saca-.
Quizá un día una chica se me acerque y me pregunté por qué tengo hendiduras tan anchas o por qué no puedo parar de tocarme el pelo. Si tengo valor, le contaré de mi problema. Si no, seguiré buscando amigos tricos en internet.

miércoles, 13 de junio de 2012

La tecnología (o ahora estoy en las redes sociales)


En realidad estoy hace rato, pero los invito a mi fan page y a mi Twitter.
Tricotilomaníacos, ansiosos, obsesivos compulsivos, faltos de autoestima, inseguros, maniáticos, loquitos, depresivos y neuróticos: todos invitados a conversar por allá.
Ah, y esta semana el blog tuvo caleta de visitas, si alrededor de 30 es caleta. Si es poco, no quiero saber, me da depresound.
Los links de nuevo, por si además de todo son medios amnésicos:
Facebook: https://www.facebook.com/Tricotilomanias
Twitter: https://twitter.com/#!/tricotilomanias